Vi a la muerta en la mesa y me impactó. No es que fuera yo muy chica
para verlo, pero en definitiva era muy bella para haberse muerto.
Creo que lo que más me impactó fue la niña que espiaba por la ventana.
Recuerdo que tenía unos 12 años y la película “ La Casa de los
Espíritus” se atravesó en un canal de la televisión. Vi la película de
principio a fin fascinada por ver como se movía la mesa de tres patas,
como se llevaba a cabo una revolución y cómo al final, se contaba una
historia de amor.
Años más tarde compré el libro. Recordaba que la historia me había
cautivado en la tele pero no la recordaba muy bien. Con la primera
hoja hablando de Barrabás, el perro, paso por mi mente que el libro
estaría muy aburrido, pero afortunadamente me equivoqué.
Hoja a hoja pude saborear el Chile de aquellos años con sus calles
empedradas, con los niños jugando, con el abuelo mandón que después
fue violador, con la niña callada, con la revolución en todo su
explendor.
Así fue como Isabel Allende, me cautivó y empezó mi travesía en cada
uno de sus libros. Sus memorias, novelas, cuentos, todo… me ha llevado
a grandes enseñanzas de vida. Desde la fantasía hasta la realidad, de
la risa al dolor más profundo, de los muertos y los vivos, de los
amores intensos, de la lucha por los ideales, de las vidas que
empiezan cuando otras acaban, de la caridad que merece el alma.
Escritora, chilena, madre, abuela y mujer enamorada. Isabel Allende
me inspira por compartir sin tapujos su historia con el mundo.